La ciudad de las miradas en Agüimes

Agüimes, con Manuel Pimentel
Agüimes, con Manuel Pimentel

Artículo publicado en Archipiélago Noticias

Hoy tengo que inventarme una excusa para actualizar el blog. En mayo de 2007 empecé a escribir como bloggero en Archipiélago Noticias; parece mentira, ya han pasado tres años. Desde entonces siempre he escrito sobre libros que he leído, y que por alguna razón me han llamado suficientemente la atención como para escribir un comentario. No es el caso de hoy, hoy acudiré a la famosa frase de Umbral, esa que dijo aquella vez cuando quería hablar de un libro suyo. Bueno, pues haciendo uso de aquella frase, hoy escribo este artículo para hablar de un libro mío, pero tranquilos, que no hablaré mucho de él…

Lo que pasa es que el otro día recibí indignado la noticia de que ya se podría hablar por teléfono móvil en los aviones. Es una catástrofe. Donde mejor lee uno es precisamente en los aviones, en donde no hay teléfonos móviles ni gran cosa que hacer a parte de leer. Me encantan los aviones, cuanto más largo sea el viaje mejor, más tiempo para leer… Leer, leer, leer, esas frases que tanto me gustan y a las que acudo de vez en cuando: la literatura como manera de escapar de la insoportable camisa de fuerza que es la vida humana –dice Juan Gabriel Vásquez-. Un mundo sin literatura tendría como rasgo principal el conformismo –dice Vargas Llosa– el sometimiento generalizado de los seres humanos a lo establecido. Me cabrea enormemente que permitan hablar por el móvil en los aviones, ¡a cuenta de qué uno tiene que tragarse tantas y tantas conversaciones de otros invadiendo nuestra intimidad!

El caso es que el otro día me ocurrió una cosa en el avión. Siempre había pensado si algún día llegaría el vuelo en el que coincidiera con un pasajero que estuviera leyendo una novela mía -el ego del escritor-. Bueno, pues eso pasó hace unas semanas, pero quizás el hecho no cuente para saciar mis expectativas porque el lector en cuestión era un conocido, tal vez un amigo mío, que leía, creo que con interés, Tú eres azul cobalto. Ahora, lo que tendría que ocurrir, es que coincida en un vuelo con un lector que no conozca que esté leyendo una novela mía. Y cambiando de medio de transporte, hace unos meses escuchaba a un escritor que decía algo parecido a ésto, pero no hablaba del avión, sino del metro…; y digo yo, ¿por qué no el tranvía? La semana pasada recibí una foto que me mandaba un amigo desde su móvil, y el email que me envió lo tituló “cosas que pasan en el tranvía”, y esa foto es ésta que aparece aquí abajo: una chica sentada en el tranvía lee mi última novela: La ciudad de las miradas. Me alegré al verla, lógicamente, pero sigo manteniendo el mismo reto que para el avión, porque a esta chica con la que coincidió mi amigo también la conozco, y también es mi amiga… 😉

En fin, que esta era la excusa para, parafraseando a Umbral, hablar de mi libro. Este encadenado de párrafos sin mucho sentido entre sí, y escrito hoy domingo a toda prisa, para publicar en el blog de Archipiélago Noticias que el próximo jueves 22 de julio, dentro de las actividades paralelas del FESTIVAL DEL SUR, AGÜIMES, ENCUENTRO TEATRAL TRES CONTINENTES,  me han invitado a presentar La ciudad de las miradas. Será a las 18.00 horas, en la Casa Museo Orlando Hernández, y la presentación será a cargo de Manuel Pimentel.

Así que aquí, de esta forma tan poco ortodoxa, he hablado de mi libro, por si a alguien le interesa…

Un comentario

Deja un comentario